Felisa García Sánchez
Yoga y Fascias
La fascia es un tejido conectivo que se extiende en el cuerpo como una red tridimensional desde el cráneo a los pies, de anterior a posterior y desde el interior al exterior sin interrupción. Constituida por fibras elásticas, colágeno y matriz extracelular. Rodea los músculos, los huesos, los nervios, los vasos sanguíneos y los órganos a través de diversas capas (epimisio, perimisio y endomisio) finalizando en tendones o ligamentos.
La función de la fascia es:
• Soporte y estructura al cuerpo.
• Apoyo del movimiento y absorción de impacto.
• Ayuda en la circulación sanguínea, especialmente en el sistema venoso y la circulación linfática.
La modificación de la fascia precede a la congestión crónica en cualquier tejido.
Madame Mezieres estableció las premisas de estudios de cadenas musculares que hoy en día han evolucionado en diversas escuelas GDS, RPG, Busquet, Myer… y un sinfín más que establecen una relación entre la cadena miofascial, nuestro cuerpo y nuestra mente. Según la escuela, profundiza más en la parte emocional y la relaciona con la biomecánica o se queda en la posturología.
¿Qué es una cadena miofascial?
La cadena miofascial es la linea de tensión formada por el tejido conectivo que lleva a cabo la fuerza estructural requerida para ejecutar el movimiento (líneas de tensegridad), la integridad descansa en el equilibrio de la tensión). Según esta línea de trabajo los dolores musculares no sólo se tratan en el lugar del dolor sino en cualquier punto de la fascia.
Los Nadis (los canales por donde fluye la energía del cuerpo sutil, la energía de la fuerza de vida, conocida como “Prana”, directamente asociados al sistema nervioso, y derivan y se interconectan con los chakras )
y las cadenas miofasciales tienen el mismo recorrido. Gracias al hallazgo y paralelismo que estableció Madame Mezieres de sus conocimientos de Medicina China.
¿Cómo el yoga trabaja sobre las fascias?
El cuerpo humano del S.XXI se encuentra afectado por una alta acidificación que afecta al tejido muscular y conectivo, la intoxicación de estar expuestos a pesticidas, químicos…y una alta concentración de cortisol en sangre producto del estrés favorece que la fascia pierda hidratación y elasticidad.
Según la mecánica de cadenas musculares, la tensión acumulada produce modelos de tensión adaptados a nuestra personalidad más características y que se proyecta a nivel visceral. Este modelo de tensión si se mantiene constante en el tiempo genera hábitos posturales que se exporta a los músculos y al modelo de fascia. Las fascias registran y guardan nuestras impresiones mentales y emocionales como si fuera un archivador, similar al concepto «Samskara» (término sánscrito que identifica las impresiones de nuestra mente y que registra formando nuestras creencias, actitudes y personalidad).
Dos de las propiedades más interesantes de la fascia es son su plasticidad y tixotropía. La plasticidad de la fascia le permite adaptarse a las necesidades del cuerpo. Su tixotropía le permite responde al movimiento de manera positiva: al movernos, rompemos los enlaces de hidrógeno entre las fibras de colágeno y favorecemos la hidratación de la fascia. Esta es la razón por la cual después de períodos de inactividad, cómo al despertar, nos cuesta más movernos pero a lo largo del día vamos recuperando movilidad.
Gracias a estas propiedades, la fascia es un tejido que se puede trabajar y entrenar.
El yoga nos ofrece muchas herramientas para trabajar la fascia:
Movimientos lentos y conscientes dentro de una secuencia de vinyasa consciente
Compresión al llevar el peso de nuestro cuerpo encima de los músculos
Liberación miofascial (LMF)
Estiramientos pasivos mantenidos durante largo tiempo que relajan el músculo entero (yin yoga)
Contracciones excéntricas dónde el músculo se alarga y contrae a la vez
Activación de los músculos a la vez que estiramos usando la facilitación propioceptiva neuromuscular
Saltos y transiciones que favorecen cambios de presión y vibración trabajando sobre las terminaciones Pacini
Según lo expuesto, las asanas de Yoga permite modificar nuestra propia biomecánica a través del tejido conectivo
Bibliografía: Yogaterapeutico.net