Felisa García Sánchez
El yoga y la mujer: Beneficios para cada etapa de la vida
EN ESTA ENTRADA, ELENA FERRARIS NOS HABLA DE LA RELACIÓN ENTRE EL YOGA Y LA MUJER, Y LOS BENEFICIOS QUE ESTA PRÁCTICA APORTA A LAS MUJERES EN LAS DISTINTAS ETAPAS DE SU VIDA.
La fisiología de la mujer tiene unas características especiales que varían mucho a lo largo de las diferentes etapas de su vida. Menstruacion, embarazo, y menopausia son tres momentos vitales en los que ocurren cambios importantes a todos los niveles: físico, mental y emocional.
La práctica del yoga, adaptada a las necesidades de cada etapa de la vida de la mujer puede ayudar a lograr un buen equilibrio físico, mental, emocional y espiritual y esas adaptaciones de las posturas de yoga puede aportar mayor bienestar en general.
YOGA PARA PRINCIPIANTES
Cualquier momento es bueno para iniciarse en la práctica del yoga. De hecho, no es complicado encontrar centros donde ofrezcan clases de yoga para niños o para adultos principiantes.
En el yoga para principiantes se practican posturas básicas para que cada alumna avance a su ritmo. Trabajando desde el correcto alineamiento en las posturas se puede contribuir a aliviar las tensiones diarias, producidas por el ritmo de vida estresante y el exceso de obligaciones.
Al practicar con regularidad se consigue aumentar la fuerza, la flexibilidad y la armonía interior, bajar los niveles de estrésy de ansiedad.
Algunas de las posturas para principiantes son Tadasana, Uttanasana, Virabhadrasana II y Balasana.
EL YOGA Y LA MUJER DURANTE EL EMBARAZO
El yoga para embarazadas tiene por objetivo mantener la conexión con el propio cuerpo y las transformaciones que ocurren durante la gestación.
Además contribuye a cuidar la postura de la columna para prevenir dolores de espalda y mantener las condiciones óptimas para una respiración natural amplia. Una respiración amplia lleva a un estado general de más calma.
A partir del tercer mes de embarazo, si no hay contraindicaciones, la práctica del yoga es una buena forma de prepararse para los meses venideros y para el parto.
Las clases de yoga para embarazadas están pensadas para mujeres gestantes hasta el día del parto y se pueden seguir incluso si no se ha practicado yoga antes.
YOGA PARA LA MENSTRUACIÓN
El ciclo menstrual de la mujer implica una serie de cambios hormonales que se producen cada mes. A veces se pueden producir alteraciones periódicas que pueden implicar, entre otras cosas, irritabilidad, dolores pélvicos o sangrados abundantes.
El yoga, practicado con regularidad, puede contribuir a reducir molestias asociadas con el ciclo menstrual, ayudando a mantener un periodo regular, calmar el sistema nervioso y equilibrar el sistema endocrino.
Durante la menstruación no conviene practicar inversiones ni posturas demasiado vigorizantes. Si la menstruación es muy abundante, lo más adecuado será practicar posturas restaurativas, que no obstruyan el flujo menstrual. Por lo general, las posturas más aconsejables durante la menstruación son Supta Baddha Konasana, Janu Sirsasana y Upavista Konasana.
Para aliviar los síntomas del síndrome premenstrual son adecuadas las posturas que tonifican el sistema nervioso y alivian la irritabilidad, ayudando a recuperar energía. Algunas posturas aconsejadas son Adho Mukha Svanasana, Sarvangasana y Prasarita Padotanasana.
YOGA PARA LA MENOPAUSIA
Las posturas de yoga para la menopausia y el climaterio son muy útiles para acompañar la mujer en esta transición hacia una nueva etapa vital.
Este momento de transición, con sus fluctuaciones hormonales, puede generar molestias a nivel físico e inestabilidad emocional. El yoga puede ayudar a integrar los cambios físicos con armonía y a vivir la premenopausia y la menopausia como algo positivo.
Las posturas más aconsejables durante la menopausia son las que ayudan a reducir los efectos de los cambios hormonales y las que equilibran el sistema endocrino. Las posturas invertidas permiten que la sangre oxigenada fluya hacia las glándulas de la cabeza y el cuello y las flexiones hacia adelante masajean los órganos abdominales. Por tanto, se aconsejan posturas como Adho Mukha Vriksasana, Sarvangasana, Janu Sirsasana. No hay que olvidar que las posturas deben enfriar, calmar y tonificar las glándulas suprarrenales, que van a contribuir a la producción de estrógeno una vez que los ovarios dejen de hacerlo.
No dejes de practicar independientemente de tu ciclo vital. Adapta tu práctica en cualquier momento y situación para disfrutar y mejorar tu calidad de vida.
Fuente: Noelia Insatorre